Hoy os traemos la última obra de Pedro Sánchez. Un estudio de barro y cristal que os adelantamos en enero cuando estaba en pleno proceso. Una vez resuelto el motivo principal, el propio cuadro nos pedía algo más (cosa que pasa con frecuencia, estos cuadros parecen tener vida propia). Necesitábamos ubicarlo en algún lugar en el espacio; darle un sentido.
Como siempre, la solución nos la dio la misma realidad, la naturaleza. La pregunta es ¿Por qué sabemos que eso está donde está?
Pues porque lo vemos en relación con el entorno... y esa fue la solución. Se representó todo lo que había desde el punto de vista del autor. Un trozo de escultura apenas esbozado, sombras proyectadas por otros objetos de la mesa de modelos y hasta una vasija rota que estaba arrinconada. Todos estos elementos influían en la composición, haciéndola completa y perfecta.
Obviamente la obra está enfocada al estudio de la garrafa de cristal y la olla de barro, y por esta razón están trabajados en profundidad, pero los otros elementos también importaban ya que, aunque no los miráramos directamente, estaban en nuestra visión periférica en ese encuadre. Por esta razón están representados, pero sólo en esbozo. Dotándolos de la importancia que merecen en este caso.
Como siempre Pedro ha logrado, con ayuda de este concepto, proporcionar a su obra una visión tridimensional, donde cada cosa está en el lugar que le corresponde y podríamos decir que los objetos adyacentes están formando parte del fondo.
En cuanto a la resolución del motivo principal no hay nada más que decir que lo que ven vuestros ojos. Juzgad por vosotros mismos.
Enhorabuena Pedro.