El vidrio, además de ser transparente, es brillante, por lo tanto refleja todo lo que hay a su alrededor proporcionándonos sutiles matices de los colores que trasluce teñidos del color del vidrio y de los reflejos circundantes. Cuando hemos descubierto esto se nos despierta una capacidad para ver las cosas de antes de una forma distinta. Vemos colores que antes no apreciábamos y nos imaginamos cómo los plasmaríamos. Nos nace una nueva capacidad de síntesis del color.
En definitiva cuando pintamos, en este caso un cristal, lo que estamos haciendo es observar lineas, planos y colores que, colocados en su orden resultan una garrafa de vidrio aunque no nos lo hayamos propuesto.
En esta sesión Vanessa y Pedro trabajan sendos bodegones con vidrio al pastel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario